Las molduras son testimonio del gusto de la época y el tiempo en que el edificio fue realizado. Generan un sentimiento de confort y armonía, escondiendo la junta en la que se encuentran dos planos. Allí, donde se encuentran dos muros, o entre el suelo y la pared, o entre ésta y el cielorraso, la moldura expresa en sus curvas y concavidades el estilo arquitectónico de la época en que fue incorporada.
Muchas veces al recorrer nuestras salas nos detuvimos a observar las molduras, los florones, los frisos, pero seguimos adelante sin escuchar lo que tenían para contar. Por eso en nuestra segunda entrega de “El latido de los objetos” queremos compartir lo que surgió de dejarnos llevar por sus motivos y sus aristas.
Este mes invitamos a Analía Righetti a contarnos un poco sobre estos elementos en general, cómo nació su interés por ellos, y por qué, para ella, la historia late en las molduras de nuestro edificio.