
A diferencia de los incunables, las ediciones elzevirianas incluían un elemento novedoso: la portada. Estas verdaderas puertas de acceso al libro agrupaban información como el título, autor, sello editorial, fecha y lugar de impresión.
La tipografía era mayormente romana, de gran claridad y elegancia, que permitía una lectura más ágil. También se incluían destacados grabados e ilustraciones, verdaderas obras de arte de pequeño tamaño.
El sello editorial se convertía en una marca de impresor que identificaba a esta empresa. Contenía el lema “Ne extra oleas”, que podría traducirse como “Mantente dentro de los límites de la sabiduría”.
Los elzevirianos eran muy pequeños para su época.Muchos de ellos fueron impresos en una medida de 1/16 e incluso 1/24 del tamaño de una página completa.